Ya ha llegado la Navidad, tan puntual como siempre. La cena de nochebuena fue una cena copiosa, como manda la tradición (lo mandaba, ¿no?). Y después de oír cantar a Raphael con su hijo y con Fangoria y con Chenoa, yo no aguantaba más y me fui a dormir. Por la mañana ¡oh, magia! Mágicamente habían aparecido un MP3, un libro de Gisbert (La mansión de los abismos) y un libro en blanco para mí. Como yo esperaba.
Y a vosotros, ¿qué os han regalado?
lunes, diciembre 25, 2006
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