Y bueno, jugamos todos los días una horita (menos el de Port Aventura y otro más). Estos son todos los sets que jugamos:

En este último set rompí cuerdas.
En muchos de los resultados de estos sets se esconden duras remontadas de 5-1 , 5-2 en contra mía, que acabaron en 7-6 o 7-5. El penúltimo set es curioso: tras un 5-0 en contra, intenté la remontada y llegué las 5-4, pero por una bola que tocó la cinta perdí 6-4. Una casi-remontada.
Los dos sets recuadrados más oscuros son un partido a partir del cual mi padre dijo que si le ganaba 5 me compraba otra raqueta de repuesto. Ese fue el primero.
En Alcocéber no gané más.
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Al poco de llegar a Madrid volvimos a jugar.

Los dos últimos sets son el segundo partido de la apuesta.
Y otro partido en Madrid me otorgó el tercer paso:

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