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lunes, junio 05, 2006

Cuento cuentito cuento - Capítulo 4

A Carlos le despertaron los truenos. Empapado de sudor salió al pasillo tambaleándose mientras la madera crujía a su alrededor. Salió a cubierta.
Una tormenta descargaba su ira contra el barco. La lluvia arreciaba y caía sobre la casi inundada cubierta. Las olas se cernían sobre la tripulación. Los gritos de los marineros le mareaban. Los truenos le aturdían. Estaba empapado. Le dolía la cabeza…
El barco oscilaba mucho. Al andar hacia atrás, Carlos se resbaló y se golpeó la cabeza.
Todo se tornó negro a su alrededor…

Días después despertó en la enfermería casi curado con la cabeza vendada. Y entonces la vio…
Allí estaba Carla, con la cara marcada por la preocupación, mirándole atentamente. Había pasado la noche en vela, y estaba amaneciendo.
Se le iluminó la cara cuando se despertó, e inesperadamente le besó en la cara…
Tenía un libro entre las manos. No era el que le había regalado.

– ¿Cuál es? –preguntó débilmente.
–Es mi diario –contestó tímidamente Carla.
–Ah… No lo sabía.
–Bueno… ¿Qué tal estás?
–Ya bien, me encuentro mejor, gracias.

Entonces Carla se agachó, dudó un momento y le besó otra vez. Salió de la habitación inmediatamente.

–Qué suerte tienes. Una mujer en el barco y ya la has conquistado.
– ¿Cómo? –Carlos se volvió hacia el hombre que le había hablado.
Le habían cortado el brazo izquierdo. Era un chico muy joven, pelo claro y ojos azules.
–Está loca por ti –“Y yo loco por ella” pensó Carlos –. Me llamo Pedro –se giró, hizo una mueca de dolor y le estrechó la mano.
–Yo soy Carlos –le sonrió. –Carlos del Castillo.

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